Que necesario es, que de una vez por todas, cambiemos la idea de infancia que tenemos como sociedad. Las niñas y niños, no son marionetas en manos adultas, son seres completos, ciudadanos de pleno derecho.
Para que esté cambio se dé, es importante que hagamos cosas como:
-No coger a un bebé que duerme tranquilamente, que juega libremente, o que está en brazos de su madre. Tú necesidad de cogerlo, no tan importante como su necesidad de descanso, de juego o de calma y vínculo con su madre.
-No grabarle cuando está desnudo, o cuando está llorando. Que a ti te haga gracia, te divierta o te parezca monísima, no debería estar por encima de su derecho a la intimidad.
-No llevar a los peques a restaurante y pretender que se estén quietos y sentados todo el tiempo, para que tú puedas hablar tranquilamente. Tú necesidad de tranquilidad y de charlar, no es más importante que su necesidad de movimiento, juego y exploración.
-No tocar a ningún infante que no conozcas, o que veas que no quiere ser tocado. Tenemos la costumbre de saludarles por la calle, e invadir sus espacios. Su necesidad de sentirse seguro y respetado, es mucho más importante, que tus ganas de interacción con ese bebé tan tierno.
-Lavarnos las manos al llegar a casa de un bebé, no besarle en la cara, o no coger ni acercarnos si estamos enfermos. Tus ganas de cogerlo y besarlo, o tu pereza a a lavarte las manos, no importa. Lo importante es proteger y cuidar a ese bebé de posibles infecciones, ya que su sistema inmune aún no está desarrollado.
No olvidemos, que nosotras somos las adultas, capaces de razonar y posponer nuestras necesidades, y las responsables de satisfacer las de aquellos que dependen de nosotras.
Dejemos de usar a niñas y niños como marionetas, y empecemos a cuidarles y protegerles como se merecen.
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